Mi jardín esta lleno de trébloes de cuatro hojas... Pero todavía no sé si convertirme en aquella señora carmesí. Aquella que en realidad es un champignon.
¿Acaso no debería darle a las flores, las extrellas, los corderos y los atardeceres la importancia que merecen?¿O un champignon tiene la misma importancia que una flor?
Mi jardín esta lleno de tréboles de cuatro hojas...
Pero solo junté uno. Sólo uno. Y lo puse a secar adentro de mi cuaderno. Estaba pensando pegarlo justo entre las poesías de Neruda. Justo donde escribí: "Quiero que hagas conmigo lo que la primavera hace con los cerezos".
Parece que ese principito tenía razón cuando dijo: "- Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira las estrellas. Se dice: Mi flor esta allí, en alguna parte...
Y si el cordero come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran.
Y esto, ¿No es importante?" (Antoine de Saint-Exupery, "Le Petit Prince")
Ese principito también me contó de un señor carmesí que jamás ha aspirado una flor. Jamás ha mirado una estrella y jamás ha querido a nadie. Todo el día se repite que es un hombre serio. Pero es un hongo.
Creo que se puede aspirar seriamente una flor, mirar seriamente una estrella y querer seriamente a alguien. Puede que eso no me convierta ni en una flor ni en un champignon. Sino en un cerezo. Todo un árbol. Y que lindo es ese árbol cuando forece en primavera.
sábado, 8 de noviembre de 2008
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